viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Y los valores?



LUNES 20 AGO 2007
Clarín.com 

EDITORIAL

Violencia juvenil y disciplina escolar

El aumento de los problemas disciplinarios en las aulas parece un rasgo de nuestra época, ante el cual los docentes deben tener una mejor preparación para prevenirlos y enfrentarlos. Sin límites, o sin adhesión a las pautas de convivencia, es bastante común que los adolescentes actúen de modo irrespetuoso, incluso atacando a compañeros o docentes. Suele tratarse de manifestaciones agresivas sin causa aparente, pero que indican un cuadro preocupante.

En Rosario acaba de producirse un caso que es necesario examinar para evitar que se reitere. Ocho alumnos de la Escuela de Enseñanza Técnica Nø 468, de entre 15 y 16 años, cuando quedaron sin profesor, comenzaron a destruir el mobiliario del aula que ocupan, filmando las roturas y colocando el video en Internet. Los mismos estudiantes, que fueron severamente sancionados, se encargaron de promocionar la filmación de los destrozos.

Es una violencia diferente a la de los jóvenes marginados que deambulan por la calle, porque son jóvenes estudiantes que se enorgullecen de destruir las sillas y los bancos que utilizan en el aula de la escuela a la que concurren. Es una acción que provoca estupor, pero que obliga a la reflexión e interpela a los padres y a los docentes.

La violencia real no es divertida, ni se puede aplacar el aburrimiento a través de la destrucción. Pero parece cada vez más arduo el contribuir a que maduren valores y pautas de convivencia en los adolescentes. Sin marcos normativos asumidos y aceptados como válidos, y careciendo de un horizonte mínimanente claro, el despliegue de violencia es una manifestación juvenil muy extendida. Lamentablemente, las crecientes dificultades que tienen los docentes y también los padres para construir un rol de autoridad legítima ante los adolescentes contribuyen a que se dispare la violencia en las aulas y en otros espacios, como las canchas de fútbol.

La destrucción, en una escuela de Rosario, de las sillas y mesas de un aula por parte de un grupo de chicos que filmó y subió a Internet el acto de violencia obliga a reflexionar sobre cómo mejorar, entre los jóvenes, la asimilación de valores de convivencia.


Informe

La escuela, como parte de la sociedad, no quedó excluida de esta problemática que es la  violencia y la falta de tolerancia que se da en los chicos y que muchas veces se manifiesta en las aulas, pero también en otros ámbitos como en eventos deportivos. Por esto creo que la situación excede a la tradicional “sanción disciplinaria”, va mucho más allá e involucra una educación en valores.

La familia es la primera escuela de la vida, para que el niño desarrolle valores debemos lograr que conozca el bien, ame el bien y haga el bien, que entienda los valores desde lo  afectivo y emocional y que fundamentalmente los manifieste a través de  acciones.
Lamentablemente hoy día los padres que no les ponen límites por temor a parecer autoritarios, o porque están muy ocupados o están desocupados…  no son o no se sienten capaces de transmitirles cuando es preciso reflexionar.

Pero no todo pasa por la familia, la escuela cobra un papel también fundamental en esa enseñanza, en realidad es muy importante el trabajo de todos los adultos (padres, educadores o cuidadores), que interactúan en lo cotidiano de la vida del nene, por eso
es elemental que el chico vea que ellos (“los grandes”) hacen lo que dicen, porque si esto no es así (como casi siempre ocurre) luego los adolescentes terminan por darle un gran descrédito a la palabra de cualquier adulto.

En este artículo periodístico se menciona una “violencia diferente” al parecer según la clase social a la que pertenezcan, cosa que me parece totalmente equivocada, ya que la violencia puede llegar a manifestarse de manera diferente pero de ninguna manera es justificable en algunos por pertenecer a un sector de bajos recursos ni en otros por no pertenecerlo. En todo caso, a mi entender,  el hecho de mostrarlo es mas un llamado de atención que un alarde. Y es un llamado a los adultos quienes tienen la responsabilidad, la obligación moral de enseñar y transmitir valores para que el chico logre ese desarrollo moral que es el proceso por el él logrará incorporar determinados hábitos o virtudes.

“El sistema educativo debería posibilitar que los alumnos, como futuros ciudadanos, reflexionen, construyan y pongan en práctica valores que faciliten la convivencia en sociedades plurales y democráticas, tal como el respeto y la tolerancia, la participación y el diálogo”, creo que el secreto es sistematizar la educación en valores desde la escuela para así indirectamente fortalecer la acción de la familia, que obviamente siempre debe estar presente en la vida del niño y adolescente brindando fundamentalmente amor y apoyo incodicional.

Conclusión

Como dice la nota, “La violencia real no es divertida”, pero tampoco lo es el castigo, ni la discriminación, me quedo con una frase muy representativa de mi forma de pensar que leí en algún momento y que no sucede mucho en la escuela, sobre todo cuando se etiqueta a los niños con mala conducta. El mensaje debería ser: "Vos valés igual, podés cambiar esta acción" y el mensaje subliminal sería: “estamos acá para ayudarte, guiarte y acompañarte”, sí…. desde la escuela, aunque parezca una realidad lejana, desde mi lugar de futuro docente espero poder achicar lo mas que pueda esa distancia.