domingo, 25 de diciembre de 2011

¿Nuevos valores?

Los avances en la tecnología de la computación presentan tanto oportunidades como peligros a las personas, las organizaciones y la sociedad en su totalidad.
La tecnología y sus aplicaciones a la vida laboral y privada de los individuos constituyen desafíos para muchos valores sociales arraigados. Las nuevas cuestiones éticas que han surgido demandan respuestas. El carácter crecientemente global de Internet  requiere de normas morales globales y de responsabilidad profesional. El principal desafío sería encontrar la manera que los valores sociales y éticos pudiesen ser incorporados en la nueva sociedad global de la tecnología digital.

Las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) están invadiendo todos los aspectos de la existencia humana y están planteando serios desafíos a valores sociales que se consideraban firmemente establecidos. Es cierto que las tecnologías de la computación, Internet han creado posibilidades que no estaban antes disponibles. Pero también es cierto que han surgido nuevas cuestiones éticas porque los cambios están afectando las relaciones humanas, las instituciones sociales y principios morales.
La nueva sociedad basada en las tecnologías de la información y de la computación debería constituirse en un instrumento para la integración social, para formar una sociedad coherente e inclusiva. Debería tender a reducir las desigualdades existentes y asegurar el acceso general a la información y a los servicios.

El mundo está sujeto a un cambio casi permanente originado en las nuevas tecnologías. Muchos de esos cambios pueden ser considerados como positivos. Y, sin duda, para algunos lo han sido y lo serán en el futuro. Otros han sido perdedores a lo largo del proceso. El mundo de las TIC parece haberse segmentado en muchas partes. Sin embargo, también es cierto que los nuevos problemas éticos que ya se han presentado y que siguen surgiendo a una velocidad que en muchos casos parecen superar la propuesta de soluciones, requiere un análisis particularizado que podría centrarse en las cuestiones referidas a privacidad, control de trabajadores, propiedad, seguridad, acceso y poder, globalización, responsabilidad moral y profesional.

Hace unos años me pidieron en un colegio que escribiera un artículo para el diario del barrio de Ciudadela. Este es el artículo que escribí y que salió publicado…

INFORMARSE, REFLEXIONAR, TOMAR CONCIENCIA!!! . . . SOBRE LAS T.I.C (TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN )

A finales de los años 60 comenzó a producirse lo que hoy todos conocemos como Internet, aunque parezca extraño, la idea era garantizar mediante este sistema la comunicación entre lugares alejados en caso de ataque nuclear.  Hoy casi 50 años después la Red de Redes se ha convertido en un elemento infaltable en la sociedad en la que vivimos. No reconocer el beneficio que ha tenido a nivel global sería caer en la ignorancia. Desde la posibilidad de una comunicación mundial, hasta el simple hecho de poder chatear con un amigo o realizar un trabajo para el colegio.
El avance tecnológico de estos últimos tiempos ha llevado a los chicos a crecer entre todos estos productos, como los celulares, Mp3, Mpeg4, cámaras digitales y muchos más.
¿Pero cuándo el uso se torna en abuso? Sería hipócrita no decir que uno mismo utiliza muchos de estos maravillosos inventos. ¿Pero hasta qué punto está bien para un chico?¿Está bien que pase más de 8 horas frente a una PlayStation? ¿Encerrado en un Cyber? ¿Debemos controlarlos? ¿Es mejor que estén en la plaza jugando o leyendo un libro?
Más allá de cómo se ha desvirtuado el ideal que tuvo Internet cuando se abrió a la población, llegando a encontrar sitios pornográficos, pedofilia y quien sabe cuantas otras cosas más, creo que debemos apelar al sentido común y a la educación de nuestros chicos. Las estadísticas dicen que el 83% de los chicos utilizan Internet sin el control de sus padres. Esto no debería de ser un problema si sabemos que nuestros chicos están bien educados y así no preocuparnos.
Es innegable los eternos beneficios que nos otorgan estos adelantos tecnológicos, y mi intención no es en ningún momento criticarlos, al contrario estoy a favor del buen uso de cada uno de ellos. Por eso es que creo que debemos saber utilizarlos nosotros a ellos y no que ellos nos utilicen a nosotros.
Esta  es un debate que se abrió en nuestra sociedad en los últimos tiempos y para el cual aún nadie tiene una respuesta cierta ni mucho menos. Esto recién comienza pero no hay que hacer oídos sordos a todo lo que nos rodea.


Este artículo me fue solicitado por los directivos del colegio Padre Elizalde, cito en Ciudadela, partido de Tres de Febrero, Buenos Aires en el año 2007 para el diario barrial.



viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Y los valores?



LUNES 20 AGO 2007
Clarín.com 

EDITORIAL

Violencia juvenil y disciplina escolar

El aumento de los problemas disciplinarios en las aulas parece un rasgo de nuestra época, ante el cual los docentes deben tener una mejor preparación para prevenirlos y enfrentarlos. Sin límites, o sin adhesión a las pautas de convivencia, es bastante común que los adolescentes actúen de modo irrespetuoso, incluso atacando a compañeros o docentes. Suele tratarse de manifestaciones agresivas sin causa aparente, pero que indican un cuadro preocupante.

En Rosario acaba de producirse un caso que es necesario examinar para evitar que se reitere. Ocho alumnos de la Escuela de Enseñanza Técnica Nø 468, de entre 15 y 16 años, cuando quedaron sin profesor, comenzaron a destruir el mobiliario del aula que ocupan, filmando las roturas y colocando el video en Internet. Los mismos estudiantes, que fueron severamente sancionados, se encargaron de promocionar la filmación de los destrozos.

Es una violencia diferente a la de los jóvenes marginados que deambulan por la calle, porque son jóvenes estudiantes que se enorgullecen de destruir las sillas y los bancos que utilizan en el aula de la escuela a la que concurren. Es una acción que provoca estupor, pero que obliga a la reflexión e interpela a los padres y a los docentes.

La violencia real no es divertida, ni se puede aplacar el aburrimiento a través de la destrucción. Pero parece cada vez más arduo el contribuir a que maduren valores y pautas de convivencia en los adolescentes. Sin marcos normativos asumidos y aceptados como válidos, y careciendo de un horizonte mínimanente claro, el despliegue de violencia es una manifestación juvenil muy extendida. Lamentablemente, las crecientes dificultades que tienen los docentes y también los padres para construir un rol de autoridad legítima ante los adolescentes contribuyen a que se dispare la violencia en las aulas y en otros espacios, como las canchas de fútbol.

La destrucción, en una escuela de Rosario, de las sillas y mesas de un aula por parte de un grupo de chicos que filmó y subió a Internet el acto de violencia obliga a reflexionar sobre cómo mejorar, entre los jóvenes, la asimilación de valores de convivencia.


Informe

La escuela, como parte de la sociedad, no quedó excluida de esta problemática que es la  violencia y la falta de tolerancia que se da en los chicos y que muchas veces se manifiesta en las aulas, pero también en otros ámbitos como en eventos deportivos. Por esto creo que la situación excede a la tradicional “sanción disciplinaria”, va mucho más allá e involucra una educación en valores.

La familia es la primera escuela de la vida, para que el niño desarrolle valores debemos lograr que conozca el bien, ame el bien y haga el bien, que entienda los valores desde lo  afectivo y emocional y que fundamentalmente los manifieste a través de  acciones.
Lamentablemente hoy día los padres que no les ponen límites por temor a parecer autoritarios, o porque están muy ocupados o están desocupados…  no son o no se sienten capaces de transmitirles cuando es preciso reflexionar.

Pero no todo pasa por la familia, la escuela cobra un papel también fundamental en esa enseñanza, en realidad es muy importante el trabajo de todos los adultos (padres, educadores o cuidadores), que interactúan en lo cotidiano de la vida del nene, por eso
es elemental que el chico vea que ellos (“los grandes”) hacen lo que dicen, porque si esto no es así (como casi siempre ocurre) luego los adolescentes terminan por darle un gran descrédito a la palabra de cualquier adulto.

En este artículo periodístico se menciona una “violencia diferente” al parecer según la clase social a la que pertenezcan, cosa que me parece totalmente equivocada, ya que la violencia puede llegar a manifestarse de manera diferente pero de ninguna manera es justificable en algunos por pertenecer a un sector de bajos recursos ni en otros por no pertenecerlo. En todo caso, a mi entender,  el hecho de mostrarlo es mas un llamado de atención que un alarde. Y es un llamado a los adultos quienes tienen la responsabilidad, la obligación moral de enseñar y transmitir valores para que el chico logre ese desarrollo moral que es el proceso por el él logrará incorporar determinados hábitos o virtudes.

“El sistema educativo debería posibilitar que los alumnos, como futuros ciudadanos, reflexionen, construyan y pongan en práctica valores que faciliten la convivencia en sociedades plurales y democráticas, tal como el respeto y la tolerancia, la participación y el diálogo”, creo que el secreto es sistematizar la educación en valores desde la escuela para así indirectamente fortalecer la acción de la familia, que obviamente siempre debe estar presente en la vida del niño y adolescente brindando fundamentalmente amor y apoyo incodicional.

Conclusión

Como dice la nota, “La violencia real no es divertida”, pero tampoco lo es el castigo, ni la discriminación, me quedo con una frase muy representativa de mi forma de pensar que leí en algún momento y que no sucede mucho en la escuela, sobre todo cuando se etiqueta a los niños con mala conducta. El mensaje debería ser: "Vos valés igual, podés cambiar esta acción" y el mensaje subliminal sería: “estamos acá para ayudarte, guiarte y acompañarte”, sí…. desde la escuela, aunque parezca una realidad lejana, desde mi lugar de futuro docente espero poder achicar lo mas que pueda esa distancia.

Los valores...un camino

El aprendizaje de valores es un camino. Podemos intentar implementarlos a través de un libro, transformarlo en una aventura existencial o hacer de él un viaje organizado. Los resultados serán muy diferentes según el método elegido, así como también lo será el nivel de aburrimiento de profesores y niños, según el camino que recorran juntos. El mejor aprendizaje es el activo, pero necesita una guía que respete los procesos personales de cada uno.

En los contenidos básicos de los programas de enseñanza, encontramos bloques específicos acerca de la enseñanza de valores, que son reconocidos universalmente porque están basados en la dignidad de la persona y la naturaleza humana. Así, se promueve el bien, la búsqueda de la verdad, la convivencia, la solidaridad, amistad, comprensión mutua, la tolerancia, la honradez, y muchos más.

Sin embargo, en todas las áreas se aprenden valores, y éstos no se enseñan como temas separados y repitiéndolos, sino que deben ser vividos en la vida cotidiana de la sala y de la institución.
Estos temas preocupan a la familia y a los docentes y preparan al niño para formar una personalidad crítica, autónoma, capaz de defender sus derechos y respetar a los demás.

Se plantea el tema de cuáles valores priorizar a la hora de decidir en forma concreta qué enseñar. La selección de los contenidos y el énfasis en uno u otro valor va a depender de un diagnóstico que tenga en cuenta el nivel evolutivo de los chicos, así como el cognitivo, el moral, el afectivo, el contexto social y cultural en el que están inmersos, y la indagación de las preocupaciones de cada grupo específico en cada institución. La elección de qué valores enfatizar debería, así, realizarse a partir de las preocupaciones de nuestros niños.

Quería dejar una página que encontré con distintos cuentos infantiles para educar en valores y que se pueden leer online o descargar. 

Los valores del Siglo XXI según Quino




¿La familia es la primera escuela de valores?

Sí. La sede principal de la educación es la familia. ¿Dónde se debería desarrollar mejor el ejemplo sino en ella? La familia es la célula originaria y principal de la sociedad.

A la familia le compete en primer lugar la educación de los hijos y una educación en todos los niveles, aunque también deba servirse de las instituciones que ofrezca el Estado, como las escuelas.

Pero esta oferta de Estado no debe negar y anular la prioridad de la familia como educadora, le toca a ella por derecho natural.
Es importante que el hijo vea que los adultos hacen lo que dicen, lo que enseñan. Aunque nos parezca inalcanzable ser el padre perfecto.

El niño necesita padres fuertes, pero también humanos. Padres que se equivocan, que pueden pedir perdón o que tienen días malos. Podría pasar que un día el padre dijera "hoy no puedo, pero mañana sí". Y entonces al día siguiente ese padre debe cumplir con su promesa, porque si no, se convierte en alguien no confiable. Es importante tener en claro también el valor de los límites.

En los colegios donde trabajo es muy común escuchar la frase: “ ¿Y qué esperás?, con los padres que tiene..” Muchos docentes, jóvenes y no tan jóvenes ante cierta actitud de los alumnos no dudan en responsabilizar a los padres.
Muchas veces los padres demuestran cierta actitud frente al docente que no es ejemplo de valores delante del niño.
En varias conversaciones me ha todazo estar y hablar sobre la educación de los chicos en sus casas, y como la escuela debería acompañar esa formación. Sabemos que las crisis familiares afectan directamente al niño, por eso es muy bueno para él que docentes y padres sean capaces de trabajar en conjunto pensando en su bienestar.
La negación de los padres a aceptar ciertos comentarios del docente sobre su hijo, con la respuesta inmediata “en casa no es así”, impide que el docente y el padre puedan trabajar unidos para mejorar desde el rendimiento académico hasta la relación con sus compañeros, entre otros casos.

Los valores inculcados por la familia se ven reflejados en el alumno. Si contesta mal, si insulta, si tira los papeles en el piso, que la escuela no puede hacer omisión tampoco de su responsabilidad. No debe abandonar al niño bajo ningún punto de vista.
La importancia de los valores para crear una sociedad mejor, pensando en un futuro, debe ser en eje principal en cualquier colegio. Por eso debe partir desde sus autoridades en los valores que buscan en los docentes, y en como también demuestran esos valores entre pares docentes y con los niños. Y obviamente la responsabilidad del docente, tanto en la parte de contenidos formales, como en el trato con compañeros, directivos, pares y alumnos. No podemos pedir a un alumno que no nos insulta, por ejemplo, si nos ve todo el tiempo diciendo malas palabras a otro compañero de trabajo, no podemos pedirle que no reaccione ante un problema de forma violenta, si ante el mínimo detalle nosotros comenzamos una pelea. El ejemplo, lo que el chico ve, tanto en la casa como en la escuela, es lo que lo formará pensando en su futuro y en sus relaciones.

¿Cuáles son los valores que debe inculcar la familia? ¿Les importa hoy hacerlo? ¿O quizás piensan que la escuela es la encargada? ¿O son otros valores a los que nosotros debemos adaptarnos?

La realidad habla que como docentes debemos ser coherentes con nuestros propios valores y los que pedimos a los alumnos.
Aunque la escuela deba continuar inculcando valores la familia fue, es y será el primer lugar de educación de valores.

domingo, 9 de octubre de 2011

Introducción


El objetivo fundamental de la educación en general y de la educación escolar en concreto es proporcionar a los ciudadanos y estudiantes una formación plena que les ayude a estructurar su identidad y a desarrollar sus capacidades para participar en la construcción de la sociedad. En este proceso el sistema educativo debería posibilitar que los alumnos, como futuros ciudadanos, reflexionen, construyan y pongan en práctica valores que faciliten la convivencia en sociedades plurales y democráticas, tal como el respeto y la tolerancia, la participación y el diálogo. De acuerdo a González Lucini (1990), estos valores tienen los siguientes puntos de vista:
“Los valores son proyectos ideales de comportarse y de existir que el ser humano aprecia, desea y busca.
Los valores son opciones personales que se adquieren desde las posibilidades activas de la voluntad
Los valores son creencias que se integran en la estructura del conocimiento.
Los valores son características de la acción humana de mueven la conducta, orientan la vida y marcan la personalidad”.
A la enseñanza, por los rasgos que la caracterizan y por sus componentes, se la puede considerar como un proceso de interacción social y esta interacción social es un proceso de comunicación.
El ser humano tiene una naturaleza indeterminada. Las personas no están programadas sino que se ven obligadas a decidir continuamente sobre cómo y hacia dónde quieren dirigir su vida. El origen de lo moral esta en la necesidad de decidir cómo se quiere vivir, a pesar de presiones sociales y los condicionamientos biológicos y culturales.
La escuela, en ese sentido, juega un rol fundamental pues como agente reproductor y socializador de los valores presentes en la sociedad, se convierte en el espacio donde se puede empezar el cambio que tantas veces se ha pregonado pero que aún permanece como una utopía: Donde se produzca el tránsito de una sociedad autocrática, intolerante y dogmática a una sociedad democrática, tolerante y crítica.
Desde este punto de vista la misión de la educación en valores debería consistir en la superación de la socialización de los mismos para fijarse objetivos próximos a la capacidad crítica, autonomía y racionalidad de la persona en situaciones de conflicto ético.

Rol docente y educación en valores


La educación en un sentido amplio nos remite a un trabajo de formación para la vida. Los docentes debemos facilitar los procesos de crecimiento de niños y jóvenes fundamentalmente pensando tácticas y estrategias que permitan que se cumplan nuestros objetivos y estos se reflejen luego en las acciones de cada alumno.
El niño debe  ser educado no sólo para atender  sus propias necesidades,  sino  también,  para poder ayudar efectivamente a su comunidad.

 

¿Cuál es el rol docente en relación a la educación en valores?


Todos hemos atravesado por el lugar de ser “alumnos”, hemos jugado situaciones “como si fuéramos “maestros.”
Todos tenemos una imagen de cómo ser docente, un pre-concepto, pero también tenemos idea de cómo no debe ser nunca un maestro. Esta idea se ha ido construyendo en cada uno desde la infancia y han tenido una gran influencia, seguramente,  las experiencias que tuvimos con los maestros que han pasado por nuestro camino (para bien o para mal), las opiniones familiares, lecturas influyentes,  lo estudiado en el profesorado, etc.
Nuestro modo de expresar esa construcción personal se da en el “acto educativo”, que nos refleja como personas y a la vez, nos ayuda a seguir creciendo como individuos y como sociedad.
La función docente como facilitadora de construcción de valores debe guiar la búsqueda  para que el alumno descubra  el mundo de los valores pero nuca debe tratar de imponerlos. El verdadero facilitador guía a sus alumnos a un  descubrimiento incesante y a un desarrollo integralmente armónico de su persona.
La escuela en general y cada docente en particular tenemos una gran responsabilidad en relación al aprendizaje de habilidades sociales y la construcción de valores en nuestros alumnos. Ya sea por presencia o ausencia,  lo que hoy hagamos o no hagamos en nuestras aulas va a influir determinantemente en el “como ser”  del  futuro de cada hombre o mujer hoy  niños/as  o  adolescentes.

 

¿Cómo es la educación en valores en la escuela?


Los diferentes puntos de vista que coexisten en relación a como enseñar valores, están directamente relacionados a las respuestas sobre ¿qué son los valores?, ¿qué es la valoración?, ¿qué relación existe entre la educación en valores y el proyecto educativo?, ¿Es tarea de la escuela formar valores?.
Actualmente se habla de crisis, en la familia, en el sistema educativo, en las personas.
Fundamentalmente en el individuo crisis de identidad y crisis de fe.
De identidad por que en la actualidad es difícil tener un sentido claro de pertenencia (se pertenece a todo, pero no se pertenece a nada), sobre todo por la carencia de proyectos comunes unificadores. Y crisis de fe por la incapacidad que se tiene de creer en algo,  en la posibilidad de cambio, por la falta generalizada de confianza.
Algunos afirman que en nuestra sociedad no hay valores, que hoy se valorizan cosas distintas a partir de un nuevo paradigma socio económico y cultural. También hay grupos que opinan que el problema está dado por la coexistencia de distintos valores lo que produce confusión y desorientación en el actuar de los seres humanos.
Sea cual sea la postura que al respecto tenga cada uno, es evidente que existen cuestiones no resueltas relacionadas con la comunicación y en la vida de los hombres, en su educación en su calidad de existencia, que obstaculizan el desarrollo de una personalidad integral y adecuada a la sociedad en  la cual ésta se despliega.
Sólo se puede educar en valores a través de conocimientos, habilidades de valoración reflexiva en la actividad práctica y con un significado asumido.
Se trata de alcanzar determinados  comportamientos a partir del resultado de aprendizajes conscientes y significativos en lo racional y en lo emocional.
Alrededor de la educación en valores está la idea de negar la necesidad de una pedagogía propia de los valores, puesto que se considera que los mismos están siempre presentes en el proceso de formación, siendo suficiente una buena relación alumno maestro, el ejemplo de este, la comunicación eficaz etc.
Es verdad que el proceso de enseñanza aprendizaje siempre forma y desarrolla valores. El asunto a reflexionar está en qué valores se quieren incluir en el proceso, ¿para qué?. La dificultad reside en eliminar al llamado “curriculum oculto” y la cuestión radica en la necesidad de explicitar, sistematizar e intencional izar en el proceso lo educativo, que por supuesto siempre integra el proceso formativo.
Integrar los valores al aprendizaje de manera intencionada y consciente significa no sólo pensar en el contenido curricular como conocimientos y habilidades sino e la relación que los contenidos poseen con los valores.
Del mismo modo que es posible tratar un valor desde el contenido, también lo es desde el saber hacer de este (habilidad y capacidad)
La enseñanza de los valores no puede limitarse a la casualidad. (Aprovecho determinada situación para hablar de determinado valor). Ni tampoco puede entenderse como una relación mecánica estimulo reacción.
Para nosotros la educación en valores es la sistematización de las influencias educativas sobre la base del encargo social que persigue la formación de un modelo.
No basta a nuestro entender con la claridad explícita de la intencionalidad, hay que hacerlo explícita y sistematizarlo con una didáctica propia.
Son necesarios un conjunto teórico – metodológico para convertir una mera intención en una educación comprometida, valorativa y reflexiva.
Entendemos la educación en valores como un proceso sistemático, pluridimensional intencional e integrado que garantiza la formación y el desarrollo de la personalidad consciente.
Debe y puede concretarse a través de lo curricular, lo extracurricular y durante toda la vida escolar.
La mejor forma de organización de este proceso es por medio del proyecto educativo institucional

 

Por María Julia Vernieri

Extracto del blog: “Aprender a Convivir” (Capacitación docente relacionada con la educación en valores y la promoción de la convivencia armónica)
http://blog-aconvivir.com.ar/tag/escuela/

¿Qué son los valores?


Los valores no son por tanto cosas, sino que las cosas del mundo aparecen bajo la luz de los valores o están revestidos, en medidas y en formas muy diversas de valor.
Valor es todo aquello que permite dar un significado y una dignidad a la existencia humana, todo aquello que colabora a que la persona sea plenamente. De este modo, valor no es solamente el bien en si sino el bien para mí. El hombre es el centro, el lugar y el fin de los valores. El valor es el fundamento por el que una cosa se presenta como un bien. Los bienes son realmente valores, en cuanto son valores para alguien. Para efectuar un análisis, profundo sobre los valores, es importante no tenerlos en cuenta únicamente como realidades objetivas, sino también en su directa relación con la persona.
Los valores son cualidades que hacen valiosas las cosas. Son las cualidades que dan a las cosas una determinada importancia. Los valores vitales o corpóreos son todos aquellos valores que responden a las necesidades corporales primarias (Ej. beber) o secundarias (casa). Los valores del espíritu responden más bien a las necesidades o valores del espíritu. Se trata del mundo de la cultura. Los valores de la persona o valores éticos expresan el reconocimiento del hombre en el mundo, tienen como intención su promoción y su reconocimiento. Los valores religiosos se refieren a las relaciones con Dios y las expresiones comunitarias de esa relación. Los valores religiosos expresan el significado último del hombre, su razón de vivir.
Si pedimos a cualquier joven que defina lo que es un valor, no encontrará alguna sino muchas dificultades para hacerlo. Si le preguntamos qué es lo que más valora en su vida encontrará pocas o ninguna si es de los que lo tienen muy claro. Pero ¿cuáles son verdaderamente los valores de una persona? ¿Lo que declara como más importante en un momento determinado o aquello que su vida, su ocupación, su actividad hacen importante? Podemos sospechar que los valores de una persona, los valores de cada uno de nosotros, están escondidos detrás de nuestras conductas, o lo que es lo mismo si sabemos leer en ellas: que nuestras conductas son la manifestación de nuestros valores. Siempre, claro está, que nos encontremos en entornos de libertad y no de opresión o de sometimiento. A pesar de lo que acabamos de decir, no se puede descartar la declaración de cosas valiosas que realiza una persona ya que estos valores, estén o no presentes en su quehacer, en su actividad diaria, también juegan su papel, como más adelante veremos. Para comenzar la educación en valores de los jóvenes se debería averiguar qué valores están viviendo los jóvenes ahora. Es decir: qué trato les ofrecemos; qué normas les imponemos y qué posibilidades de participación les damos; qué lenguaje utilizamos; qué libros leemos y cuáles les recomendamos; a qué dedicamos nuestros mayores y mejores esfuerzos; qué tiempo, en cantidad y en calidad, les dedicamos; qué ocio consumimos y a qué ocio les abocamos. Se trata de averiguar, porque siempre el trabajo en valores es un ejercicio de autenticidad y de transparencia, qué valores vivimos los que juzgamos dudosa la deseabilidad de los valores que viven los jóvenes.

Cómo educar en valores a los hijos


 
Los padres se preguntan muchas veces por qué es importante y necesario que eduquen a sus hijos a través de los valores. Educar a los hijos para que aprendan a dar valor a algunas conductas y comportamientos les ayudará a convivir de mejor manera y a sentirse bien en el ambiente en que se encuentren. Valores como la amistad, la comprensión, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad y el respeto, son esenciales para un sano desarrollo de los niños.
Un niño que conoce el límite del otro, podrá vivir una vida sana y saludable, sea en su entorno familiar o escolar. Un niño que sabe respetar a los demás, será más fácilmente respetado, y así con todo.

 

La transmisión de los valores a los hijos


Los valores son las reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarnos y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto. Al nacer, los niños no son ni buenos ni malos. Con la ayuda de sus padres, educadores y de los que conviven con ellos, aprenderán lo que está bien y lo que está mal decir, hacer, actuar, vivir.
Pero, ¿cómo educar a los hijos en valores? Primero, conociendo cada uno de los valores.
También es preciso recordar que los niños aprenden con el ejemplo. El ejemplo que dan sus padres en su forma de relacionarse con los demás, de pedir las cosas, de compartir mesa, asiento, de cooperar, de ayudar a los demás, de defender, de reclamar, de tolerar y aceptar. Si los padres no tienen paciencia con su hijo, ¿qué creen que el niño va a aprender? La responsabilidad que tienen los padres en la transmisión de los valores a sus hijos es crucial.

Educar en valores.


Podemos citar algunos valores y algunas formas de educar en los mismos.

 

La amabilidad:

Ser amable significa ser digno de ser amado, ser cariñoso, afectuoso, gentil, cortés, agradable, servicial, afable, incluso gracioso y risueño. Cualidades todas ellas que deben ser formadas en los niños desde la más temprana edad. Ser amable también es ser atento, brindar atención y respeto sobre todo a los menos aptos, desvalidos, y necesitados.
La amabilidad no nace con el niño, éste es impulsivo por naturaleza, y a ser amable y cortés se aprende en las más diversas actividades de la vida cotidiana. Los niños asimilan las normas de comportamiento social en la medida que los adultos los entrenan y enseñan a comportarse de acuerdo con esas normas.
La amabilidad implica a su vez la igualdad, el tratamiento por igual a niños y niñas, y la delicada cortesía de unos a otros, por lo que han de aprender a ser corteses con todos los compañeros y compañeras, y ayudarles en todo momento.


Aprender a ser amable

El juego de roles, en el que es posible modelar las más diversas situaciones en las que esté implícito el ser amable y cortés, es una de las vías más importantes para que los niños interioricen este valor. Pero no hay nada más efectivo que el ejemplo del adulto para enseñar las normas de la amabilidad; por eso los padres deben ser modelos a imitar de estas cualidades.

Cuándo puede el niño puede aprender a ser amable

- Cuidando de su cuerpo y de su imagen Lavándose las manos antes de comer, cepillando los dientes después de cada comida, alimentándose bien, etc.
- Considerando a los demás el otro. Saludando a las personas conocidas, demostrando afecto a los compañeros de la escuela y a los amigos, llevando algún regalo a la profesora, compartiendo su material escolar, jugando sin peleas con sus compañeros, dando de comer a su mascota, agradeciendo a su madre por la deliciosa comida, acompañando a sus padres a la compra, ofreciendo ayuda cuando alguien la necesita.

 

 

La amistad:

La amistad es uno de los valores más importantes a desarrollar en la educación de los niños. Se trata del afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece mediante las interrelaciones entre los seres humanos.
Para que el niño aprenda sobre el valor de la amistad es necesario formarle con nociones, conocimientos, habilidades, emociones, vivencias, sentimientos, y que le preparemos para vivir con armonía y respeto.

Aprender a ser amigo

Los niños deben saber quién es un buen amigo y por qué, cómo se comportan los buenos amigos, y cómo mantener una buena amistad. Deben aprender que un buen amigo puede ser para siempre, y que para eso es necesario cultivar y alimentar la amistad, día tras día, en la escuela, en el parque, en la vecindad, etc. El contacto con los iguales hace con que el universo del niño sea aún más grandioso y rico. A través del otro, él puede aprender mucho de todo y de sí mismo.

El niño puede aprender a ser amigo

- Busca la conciliación y no se pelea con sus compañeros
- Comparte sus juguetes con los demás niños
- Conversa y atiende a los demás
- Ayuda a un compañero que ha hecho algo malo explicándole lo incorrecto de su actuación
- Se preocupa por sus compañeros
- Se esfuerza por hacer algo útil en beneficio de los amigos
- Anima al compañero o amigo que esté triste
- Se alegra con los logros positivos de los demás
- Invita a sus amigos a jugar en su casa
- Se preocupa por algún amigo herido o enfermo
- Demuestra afecto y cariño a sus amigos

 

Respeto al bien común

La enseñanza del respeto por el bien común comprenderá desde el respeto a las cosas que en la escuela o en casa son bienes comunes hasta los que corresponden a los bienes sociales, como lo son: parques, bibliotecas, teatros, monumentos, museos, cines, etc.

Aprender a tener respeto al bien común

La naturaleza, así como las calles, plazas, lagos y fuentes, son bienes comunes. Como tal deben ser respetados. Los niños deben saber que no es correcto que se tire basura ni restos suelo, que no se debe bañar en las fuentes, ni hacer ruido en los museos, ni romper asientos de los teatros o cines.

El niño puede aprender a ser respetuoso al bien común

- Con ejemplos
- A través de cuentos
- Observando las señales de prohibición que hay en los sitios públicos
- Participando de talleres sobre el reciclaje
- Estando en contacto con la naturaleza
- Conociendo el valor de los ríos, del aire, de la naturaleza
- Conociendo los beneficios que nos brinda la naturaleza

 

 

La perseverancia:

La perseverancia debe ser un esfuerzo continuo. La perseverancia es un esfuerzo continuo, supone alcanzar lo que se propone y buscar soluciones a las dificultades que puedan surgir, un valor fundamental en la vida para obtener un resultado concreto. Con perseverancia se obtiene la fortaleza y esto nos permite no dejarnos llevar por lo fácil y lo cómodo. El estudio siempre implica paciencia y perseverancia para su conclusión. Por esto es muy importante que los niños aprendan a ser perseverantes. Les brindará de estabilidad, confianza en sí mismos y madurez.

Aprender a ser perseverante.

La perseverancia se aprende con ejemplos. Que los padres, así como los profesores del niño, le enseñen qué es ser perseverante a través de sus acciones. Lo lograremos si somos constantes en nuestras actividades y nos anticipamos a los obstáculos, si tenemos firmeza frente a las dificultades, si enfrentamos los retos sin miedo, con un compromiso pleno y decidido para cumplir con nuestra tarea, o la actividad que sea.

El niño puede aprender a ser perseverante

- En los estudios
- Con los deberes
- Con los problemas y dificultades
- Jugando, perdiendo o ganando
- Con sus ilusiones y metas
- Teniendo el apoyo de sus padres
- Sabiendo que puede aprender de las experiencias buenas y malas
- Percatándose de que vale la pena luchar por lo que se quiere
- Cuando tiene que cumplir una tarea para conseguir lo que quiere
- Teniendo en cuenta sus triunfos y éxitos
- Recibiendo la enhorabuena por sus buenas notas
- Identificando sus errores y sus fallos y buscando la forma de no repetirlos
- En sus participaciones en tareas de equipo
- Con la realización de un deporte
- Cuando recibes impulsos y estímulos de sus padres

El juego como herramienta

Nuestros hijos nos preguntan constantemente cómo actuar frente a distintas situaciones de la vida. El juego es una de las mejores herramientas para desarrollar el sentido de la ética. 
Desde chiquitos, los niños nos plantean dilemas que tienen que ver con la ética. Muchas veces, apurados o por no saber qué contestar, les devolvemos palabras vacías. Hoy, dicen que la mejor manera de enseñar valores a los chicos es a través del juego. A través del juego, se reconocen derechos y deberes, toleramos y apreciamos la verdad, la justicia y la libertad. Y también respetamos la diversidad. 
Muchas veces los chicos se aburren. Cuando están con amigos no saben qué hacer, en especial cuando hay más tiempo libre, en vacaciones. En otras ocasiones, nosotros no sabemos cómo entrar en temas más profundos con ellos. En esos casos, resulta muy enriquecedor jugar reflexionando.
Convivir supone, a veces, entrar en conflicto con las necesidades y los deseos de los demás, y el juego es bueno para guiarlos en la toma de decisiones.

¿Cómo enseñar valores?

La construcción de una conciencia moral individual, y de una vida interior valiosa, se alcanza con más facilidad por medio de lo siguiente:
·    El ejemplo: Modelos de valores en acción.
·    La discusión: La exploración y discusión de valores, de temas y de problemas morales.
·    El aliento: El apoyo para pensar y actuar de manera correcta.

¿Por qué es bueno jugar?

Porque a través del juego:
·    Resolvemos conflictos 
·    Discernimos juntos 
·    Transformamos reglas 
·    Aprendemos de lo distinto 
·    Recreamos gestos vitales 
·    Promovemos normas humanas 
·    Emprendemos decisiones creativas 
·    Desarrollamos el sentido crítico 
·    Buscamos la libertad 
·    Toleramos 
·    Reconocemos derechos y deberes